De nocturno sol hinchado
Signo contrario de nata
El plenilunio de Enero
Desencaja con fuerza sus jambas.
Los cedros los alerces las secuoyas las acacias
Al portón viejo de enero inmolaron sus carcasas.
Un quejido de madera desentraña
El giro oxidado de jarcias
Y el ojo blanco de escarcha
Inaugura omnipotente los caminos y las charcas.
En tanto un olor peregrino de higueras bravas lejanas
Se infusionan excesivas en el aire
Cual tropel en desbandada,
Cual pastor a la majada guía el ojo
De la luna a esta manada
de arbóreas damas fantasma.
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